#agricultores del valle de Tambo
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🇵🇪 Wayka
@WaykaPeru
#ATENCIÓN | Distintas organizaciones sociales como la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha (CNUL), la Asociación de Movimientos Regionales del Perú, familiares de los asesinados en las protestas de diciembre 2022 - 2023 contra el régimen de Dina Boluarte, agricultores del Valle de Tambo, Warmikunas, entre otras convocan a una marcha nacional hacia Lima contra Dina Boluarte y el Congreso para este 27 y 28 de julio.
👉Los dirigentes señalan que entre las demandas están el respeto a la independencia de poderes, la celeridad en las investigaciones por los asesinatos de las marchas de diciembre 2022 y 2023, así como la anulación de la Ley que va en contra de los movimientos regionales, la no reactivación de Tía María, entre otras. Por su parte, la CGTP anunció un paro nacional para el próximo 19 de julio.
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Autoridades y agricultores esperan pronta construcción del packing del valle de tambo.
Autoridades y agricultores esperan pronta construcción del packing del valle de tambo.
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#Regional AUDIENCIA PÚBLICA EN EL VALLE DE TAMBO
Participa el congresista Edgar Alarcón, acompañado por el viceministro de Politicas Agrarias, Alberto Maurer.
"Mis hermanos agricultores tienen la oportunidad de dar a conocer sus inquietudes sobre la problemática del agro y del proyecto minero Tía María", mencionó el congresista.
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(Bloomberg) -- Barreras de barro, palos y alambres de acero bloquean la entrada a las aldeas que bordean el lado norte del río Tambo, una señal de revuelta en el fértil valle cultivado desde la época inca.Durante casi una década, los agricultores de esta franja verde encajada entre las montañas andinas
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25/11 De Pisco a Tambo Colorado.
Los Chinchas y el mullu.
A les ocho y media de la mañana estaba desayunando en el mercado central. Me tomé un zumo de mango y un bocadillo al que llaman butifarra, compuesto por jamón, lechuga, cebolla y ají, condimentado con un poco de limón, exquisito; lástima que el café no estuviera a su altura. A una calle del mercado, en una esquina estaban aparcada dos amplias furgonetas convertidas en mini bus (combis), tan solo una estaba ocupada por dos mestizos de mediana edad que desayunaban en su interior. Les pregunté a que hora partían y me indicó que en poco más de media hora. Entendí que eran los primeros en salir, pero la sorpresa fue ver dos mulatas que hablaban con el conductor de una “combi” situada en la otra esquina, con el motor encendido parecía dispuesta a partir. Me acerqué y pregunté la dirección de su marcha, al confirmar que era la mía accedí de inmediato. Subí mal pensando en el silencio interesado de los mestizos; más tarde sabría que parten cuando llenan al menos dos tercios de los asientos, con lo que era posible que me hubiera esperado más de una hora.
La comodidad de los asientos no era mucha, sin cinturón de seguridad, un acolchado endurecido y unos amortiguadores gastados hacían que cada bache fuera un golpe en las lumbares. La gente subía y bajaba en el lugar que les venía en gana, no hay paradas señalizadas, basta con anunciarlo con cierta antelación al segundo de a bordo, que sentado frente a nosotros, dándole la espalda al conductor, era el encargado de cobrar, ayudar a los ancianos, abrir y cerrar la puerta corredera y dar respuesta a los requerimientos del pasaje. La pena es que la ausencia de simpatía lo acompañaba.
Ascendimos por el fértil valle del río Pisco, el verde a los dos lados de la carretera se espaciaba junto a zonas doradas y tierras en descanso. El río de cauce ligero recorría tranquilo su camino hacia el océano. Recordé los campos que vi delimitando San Andrés con Pisco. Pasamos por los aledaños de dos pequeños y humildes núcleos urbanos, supuse que eran los trabajadores de aquellos campos, difícil de pensar era que fueran sus dueños. Conforme ascendíamos, tal un embudo, se fue estrechando hasta convertirse en un cauce cercado por las sierras, sus aguas alimentaban ahora tan solo los campos de una estrecha franja a un lado del río, llegamos a Humay el pueblo más cercano a Tambo Colorado.
Con la mirada dispuesta en el paisaje había estado reflexionando sobre lo leído la noche anterior entorno a los Chincha-Ica, cultura que recibió a los españoles siendo señorío de los incas, y que durante cinco siglos dominó los valles del desierto desde Chincha a Nasca. Me parece una cultura pre-hispana infravalorada en la historia turística peruana, posiblemente el que fueran los colonizadores la causa de su aniquilación tiene algo que ver. Fueron grandes pescadores, agricultores y artesanos, pero especialmente los mayores mercaderes por tierra y mar de su tiempo, utilizando pesas y balanzas me los imaginé los fenicios del pacífico pero sin ansias de colonización.
Los chinchanos o chinchays, habitaban en el Valle de Chincha desde el 900 d. C. aún bajo el Imperio Wari. Con la desintegración de éste, desde el siglo XI al XV será la cultura que domine todos los valles costeros de Chincha a Nasca (recordé la necrópolis visitada allí) con una estructura de gobierno compleja. La capital del reino chincha era Tambo de Mora, gobernada por un Chinchaycapac. Era una sociedad militarista, jerarquizada por una nobleza que ocupaba los cargos administrativos, los sacerdotes y el pueblo integrado por comerciantes, artesanos, pescadores y campesinos. Con una identidad regional muy propia, a la vez supieron redefinir el legado ancestral de los Paracas, Toparás, nazcas y waris, lo que hizo fácil culturalmente aglutinar durante siglos de forma pacífica y leal los pequeños cacicazgos de la costa centro-sur peruana.
Eran politeístas, sus mitos indicaban que provenían de una isla, teniendo a Chinchaycamac y la diosa de los peces Urpiwachay como principales deidades. El elemento más importante usado en los rituales eran las conchas marinas spondylus, símbolo de fertilidad. También su gran expansión mercantil está relacionada con este bivalbo, el “mullu” o “muyo” posiblemente fue la única moneda de cambio interétnica que existió en América antes de la llegada del español.
El Spondylus es un molusco de hermosas valvas rojizas que ya eran utilizadas por los Paracas y los Toparás para la manufacturación de collares, máscaras y elementos rituales. Los sacerdotes Nascas solían utilizarlas para pronosticar sequías o buenas cosechas dado que es muy sensible a los cambios climáticos. Una sensibilidad que también se expresa en la dificultad de su captura, ya que en las profundidades se mimetiza, modificando su coloración roja a gris, complicando la identificación del buceador que, atada a su cintura una cuerda de la que cuelga una piedra, permanece en las profundidades en el intento de encontrar el molusco. Otra cuerda lo sujetaba desde la totora (barca de junco) para ascenderlo con rapidez si hiciera falta (la descompresión debió ser la muerte de más de uno, pensé al leerlo).
El gran misterio es que este bivalbo parece vivir solo en el golfo de Guayaquil, Ecuador. Un enclave milenario por el que debieron pasar caravanas o pueblos nómadas que lo transportaron de norte a sur del desierto costero. Muchos dudan de que los Paracas y/o los Nascas fueran capaces de trasladarse en sus balsas a esas distancias, pero lo que no hay duda es que sí lo hicieron los Chincha. Las caracolas “mullu” eran transportadas desde Puerto Viejo (Ecuador) hacia el sur, utilizando vías terrestres y marítimas. Las caravanas de llamas recorrían las rutas de los Andes Centrales, pasando por el corazón del incanato hasta llegar a Bolivia. Por mar y hacia el sur llegarían hasta Valdivia (Chile), por el norte a Quito, costas de Centroamérica y navegando por ríos colombianos alcanzarían las costas del caribe.
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ANA asegura que Arequipa tiene asegurada sus reservas de agua
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ANA asegura que Arequipa tiene asegurada sus reservas de agua
07:29 | Arequipa, oct. 24.
La Autoridad Nacional del Agua (ANA) afirmó que se encuentra asegurada las reservas de agua para la región Arequipa hasta fin de año, en especial para la agricultura en el valle de Tambo.
La entidad, adscrita al Ministerio de Agricultura y Riego, precisó que se modificó la
descarga total de la represa
Pasto Grande, de 4.54 Hectómetros cúbicos (Hm3) a 6.04 Hm3 para los meses de octubre a diciembre.
De esta manera la ANA, mediante la Resolución Directoral N° 1614-2018-ANA/AAAICO, resolvió aumentar el volumen de descarga por parte del Proyecto Especial Regional Pasto Grande (PERPG), atendiendo así el pedido de las Juntas de Usuarios de Ensenada Mejía Mollendo, Punta de Bombón y Valle de Tambo.
El incremento del volumen de descarga por parte del PERPG de 4.54 Hm3 a 6.04 Hm3 hasta fin de año busca, además, reducir las concentraciones de boro y arsénico de las aguas del río Tambo, las cuales se incrementan en los meses de estiaje.
La
represa de Pasto Grande
, tiene un embalse máximo de 200 Hm3, en el año 2017 el volumen de embalse máximo fue de 89 Hm3 y en el 2018 de 114 Hm3.
Por lo tanto, la ANA a través de la Autoridad Administrativa del Agua (AAA) Caplina Ocoña y la Administración Local de Agua Moquegua, coordinarán con los representantes de las Juntas de Usuarios de Ensenada Mejía Mollendo, Punta de Bombón y Valle de Tambo, la implementación de la Resolución Directoral N° 1614-2018-ANA/AAAICO.
El director de la AAA Caplina Ocoña, Alberto Osorio, manifestó que la ANA velará por el cumplimiento de la mencionada Resolución; e indicó también que en el valle de Tambo los agricultores se encuentran cosechando sus productos agrícolas como la papa, el trigo, ajos, entre otros, y posteriormente iniciarán la preparación de sus terrenos para la instalación del cultivo de arroz.
Más en Andina:
Conoce el proyecto que reducirá brecha de acceso al agua en zonas rurales https://t.co/cQGZOVO2Rq pic.twitter.com/E8ObbPrS3w
— Agencia Andina (@Agencia_Andina) 24 de octubre de 2018
(FIN) NDP/MAO
Publicado: 24/10/2018
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¿EN QUÉ MOMENTO SE VOLVIÓ A JODER NARIÑO, BOLAÑITO? CUANDO EL GOBIERNO DE ÁLVARO URIBE CREYÓ QUE LOS PROBLEMAS EN EL SUR DE COLOMBIA SE RESOLVÍAN CON MERO GLIFOSATO.
Viernes 20 de octubre del 2017 - Lo que te voy a contar, amigo Bolaño (sin “S”) en esta novelita lumpen tiene que ver con la coca, los cocaleros, los narcotraficantes y la política. Lo hago en primera persona porque todo lo que te cuento lo viví. Nadie me lo ha contado. Comienzo:
A mediados de los ochenta, los líderes de las Farc Jacobo Arenas y Alfonso Cano sentados sobre una de las rocas del desfiladero del río Duda me dijeron: “Joaquín, te enviamos al Cauca”. Comenzaba entonces una frágil tregua y negociación con el Gobierno del conservador Belisario Betancur. Llegué con mi mochila, mi fierro y mi entusiasmo hasta el suroeste de Colombia. Observé pequeñas plantaciones de coca (variedad caucana) entre los límites del Cauca y Nariño (El Tambo, Argelia, Balboa, Leiva y Rosario) de las que los campesinos extraían exiguas cantidades de bazuco. La guerrilla, poca y mal armada, no pintaba nada en esa novelita lumpen, salvo en la estricta prohibición del consumo por razones morales, salud pública y seguridad en las comarcas.
Acabando los ochenta apenas había guerrilla más allá del río Patía. Con una veintena de hombres pasamos al otro lado del río por un puente colgante cercano a la Hoz de Minamá. Ascendimos hasta las cimas de la cordillera Occidental. Ante nuestros ojos se abrió un espectáculo soberbio: El nudo de Los Pastos, el cañón del Guáitara, la hacienda Bomboná en la que el Ejército de Bolívar salió despedazado en 1822, los volcanes Galeras, Azufral y Cumbal, el altiplano de Túquerres y más allá la llanura del Pacífico.
Nariño no era entonces tierra de coca, sino de agricultores, mineros, pescadores y aserradores. Era posible divisar a labriegos pobres arando con bueyes en sus pequeñas parcelas. Mineros enflaquecidos asomaban por los socavones llevando a sus espaldas sacos de piedra. Hacia la llanura, en los playones que dejaban los ríos, se veían mujeres afrodescendientes en cuclillas girando una batea con las manos para obtener una pizca de oro. Topamos también con caseríos deshabitados en los que se observaban algunos ancianos envueltos en sus ruanas, puesto que los jóvenes se habían marchado hacia el Putumayo a probar suerte con la coca. En lugares remotos de Samaniego, Guachavez y la costa Pacífica se encontraban algunas manchas de coca ahogadas por el rastrojo.
¿En qué momento se jodió Nariño, Bolañito? Cuando llegó a la Presidencia César Gaviria Trujillo. La “apertura económica" aplicada por Gaviria afectó a los pequeños y medianos agricultores. Los precios del café se vinieron al suelo y una larga sequía acabó con los hermosos maizales de Mercaderes (Cauca) y Taminango. Hogares arruinados. El Gobierno cagado de la risa en Bogotá. Hubo campesinos que se fueron a raspar coca en el sur del país, otros a cortar caña en los ingenios del Valle, algunos se organizaron en bandas de piratería terrestre que asolaban la vía panamericana y hubo quienes se entregaron al alcohol o vieron la posibilidad de sobrevivir mediante la siembra de amapola en las tierras altas.
La crisis, Bolaño, disparó la violencia en los campos de Nariño. El Estado no dio la cara. Todo parecía indicar que las cosas podían acabar en una novelita lumpen. Fue entonces en que aparecimos los guerrilleros echando nuestra carreta, buscando la manera de que ese mierdero no se desbordara. Tratamos de que las cosas, al menos, no empeoraran. Les explicamos a los empresarios de la leche y la papa en el altiplano que invirtieran, que nuestro frente guerrillero -contrariando a la jefatura- no estaba de acuerdo con el secuestro. Les dijimos a los amapoleros que se fueran con sus semillas a otra parte porque no íbamos a tolerar que la quema y siembra acabara con las escasas fuentes de agua. Hablamos con los curas para que le abrieran los ojos a los feligreses. Nos reunimos con los comités locales de cafeteros en busca de salidas. En resumidas cuentas, hicimos lo que el Estado no hizo. La vaina salió más o menos.
Nuestra manera de hacer las cosas caló. Crecimos entre los raizales. Nos expandimos hasta los hielos del Cumbal. Nos veían en la carretera entre Pasto y Tumaco. Estábamos en todas partes y en ninguna. Nos rebuscábamos la vida sin joder a nadie. Lo único que ofrecíamos a los aldeanos era una utopía. A veces nos topábamos en los caminos de herradura con un puñado de melenudos que decían llamarse “Comuneros del Sur” y estaban empeñados en hacer una Revolución como la que proclamaba el cura Camilo Torres. Ah, bueno, les decíamos.
¿Hubo combates? Claro que los hubo, Bolañito. De vez en cuando el Estado hacía presencia en ese territorio ignorado. Lo hacía a través del Ejército. Algunos oficiales que tenían familias en la región eran conscientes de que el Estado no había puesto un solo ladrillo o realizado un metro de carretera en aquellos montes. Así estaban las cosas en Nariño, Bolañito, a principio de los noventa. Una región pobre, relativamente tranquila, fuera del mapa del narcotráfico a gran escala. En esos días me fui de allí y no volví más.
¿En qué momento se volvió a joder Nariño, Bolañito? Cuando el Gobierno de Álvaro Uribe creyó que los problemas en el sur de Colombia se resolvían con mero glifosato. Las fumigaciones de las plantaciones de coca en el departamento del Putumayo afectaron al eslabón más débil de la cadena del narcotráfico: los campesinos cocaleros. Centenares de cocaleros tomaron rumbo hacia Nariño, llevaban consigo sus haberes y semillas de coca. Lo que era un asunto residual en el sureño puerto de Tumaco se volvió un problema de gran magnitud que trajo consigo una brutal violencia extensiva e indefinida.
He estado siguiendo -amigo Bolaño- la entretenida serie Roma, un imperio sin límites, dirigida por Mary Beard, ganadora del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales 2016. Explica la catedrática de Cambridge que el prestigio de Roma se basaba en las relaciones permanentes con los pueblos vencidos. Roma, agrega la divertida Mary Beard, no solo conquistó sino que también integró a sus enemigos. Desde la aparición de la coca en Colombia, todos los gobiernos han tratado y combatido a los campesinos cocaleros como enemigos, nunca han sabido conquistarlos y reconocerlos como colombianos lanzados, por ineficacia del Estado, a una actividad ilícita que trae muchísimos dolores de cabeza.
Acaso, Bolañito, no te has dado cuenta que la violencia en Colombia no solo ha estado asociada a la coca. Recuerda el caucho (lo cuentan en La Vorágine, El sueño del Celta y El abrazo de la serpiente de José Eustasio Rivera, Vargas Llosa y Ciro Guerra respectivamente). Recuerda las masacres del banano en Ciénaga y Urabá (Gabo las recrea en su obra y los jueces gringos en sus fallos). Recuerda la guerra de los esmeralderos (las mostró RTI en su serie Fuego Verde). Recuerda, recuerda Viejo Topo, no sigas cavando en círculos.
Bueno, amigo Bolaño, espero que cuando vuelvas de Washington pueda contarte la segunda parte de esta novelita lumpen.
Fuente: Semana.com
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La presidenta ejecutiva de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), Carmen Masías, entregó hoy títulos de propiedad a 12 comunidades nativas de la región Junín, en el coliseo cerrado Shirampari, de Satipo.
En la ceremonia, los representantes de las comunidades nativas asháninkas de Anapate, Betania, Buenos Aires, Marankiari, Otica, Oviri, San Francisco de Cushereni, Camantavishi, Potsoteni, Parijaro y Alto Camonashari del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM), recibieron los documentos que los convierte en dueños del predio.
El proyecto ejecutado por el Gobierno Regional de Junín y el Programa de Desarrollo Alternativo en Satipo (DAS) y financiado por la Unión Europea y DEVIDA beneficia a más de 870 familias que habitan en la cuenca de los ríos Tambo y Ene de Satipo en una superficie aproximada de más de 50 mil 800 hectáreas de tierras comunales.
Masías Claux, destacó que la titulación garantiza la seguridad territorial de las comunidades asháninkas de la cual dependen para su bienestar económico, social y cultural. Además destacó que este es un grupo étnico que cuida mucho particularmente los bosques y las tierras, por lo que la titulación cierra el pase a los cultivos ilegales y al narcotráfico.
“Los cultivos ilegales como la coca son sembrados por gente que va migrando, siembra en unas tierras y luego las van dejando; pero si uno es dueño quiere que su tierra produzca y no se degrade” dijo.
Durante su visita, la jefa de DEVIDA se reunió con alcaldes de Satipo para articular acciones que impulsen economías licitas y Desarrollo Alternativo en la zona. Posteriormente, visitó la planta de procesamiento de café de la cooperativa Valle Santa Cruz, conformado por agricultores que exportan a países de Europa y próximamente a China.
Once comunidades asháninkas del Vraem recibieron títulos de propiedad La presidenta ejecutiva de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), Carmen Masías, entregó hoy títulos de propiedad a 12 comunidades nativas de la región Junín, en el coliseo cerrado Shirampari, de Satipo.
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AREQUIPA. Dirigentes le dicen NO al proyecto Tía María y anuncian medidas radicales de protestas
AREQUIPA. Dirigentes le dicen NO al proyecto Tía María y anuncian medidas radicales de protestas
CONFLICTO A LA VISTA. Los agricultores del valle de Tambo, zona donde se explotará el proyecto minero Tía María de la empresa minera Southern Perú, amenazaron con no otorgar la licencia social.
El presidente del Frente de Defensa del valle de Tambo, Jaime de la Cruz indicó que el proyecto contaminará los sectores del agro y las fuentes de agua, por lo que no otorgarán la licencia social pese a…
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#agricultores del valle de Tambo#Arequipa#Cocachacra#Frente de Defensa del Valle de Tambo#Jaime de la Cruz#minera Southern Perú#minería en tambo#ministerio de energía y minas#noticias Arequipa#Proyecto minero Tía María
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Autoridades y agricultores esperan pronta construcción del packing del valle de tambo.
Autoridades y agricultores esperan pronta construcción del packing del valle de tambo.
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Agricultores del valle de santa cruz producen más de 2 millones y medio de plantaciones de café
Agricultores del valle de santa cruz producen más de 2 millones y medio de plantaciones de café
Los agricultores del valle de Santa Cruz en Satipo lograron producir más de 2 millones y medio de plantaciones de café gracias al apoyo de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida Sin Drogas (DEVIDA) y la municipalidad distrital de Río Tambo.
El trabajo demandó un presupuesto superior al millón y medio de soles, para el mejoramiento de las capacidades técnicas de los agricultores y el…
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